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lunes, 1 de mayo de 2017

Organización del tiempo en la casa



¿Os ha pasado alguna vez que el día va pasando y cuando os acostais sentís que no habéis hecho la mayor parte de las cosas que tenías programadas?

A mí desde luego que sí, muchas veces.

Así que un día decidí que tenía que hacer algo al respecto ya que no podían estar pasando las semanas sin poder terminar mis proyectos. Esto me hacía sentir mal conmigo misma y, evidentemente, ese sentimiento no me gustaba.

No puedo añadir horas a los días (ojalá). Entre el trabajo, las niñas y llevar la casa no hay mucho tiempo libre. Asi que la solución es hacer el tiempo más productivo, es decir, organizar el tiempo para hacer varias cosas al mismo tiempo. ¿Fácil, no?

Al principio empezé haciendo pequeños cambios diarios que en su conjunto hacían más llevadero el resto del día. Es posible que no todos te vayan bien a ti, pero es posible que te inspiren para encontrar tu camino.

1 – Hacer las camas tan pronto como te levantas.
Una cama hecha hace que la habitación entera se vea más ordenada y, además, al menos a mí, me dan ganas de seguir ordenando el resto de la habitación.

2 – Siempre que salgas de una habitación llévate algo contigo.
Un ejemplo: Estás en el salón tomando una taza de café mientras ves algún programa de televisión. Cuando terminas el café lo dejas en la mesa de centro. Cuando hay un descanso en el programa aprovechas para ir al baño. Es en ése momento que coges la taza y ya que vas a levantarte la acercas a la cocina. Un trabajo menos para después.
Otra de las cosas que me ayudan cuando hago limpieza es tener un pequeño cesto o bolsa en el que voy metiendo las cosas que no son de la estancia en la que me encuentro limpiando. Cuando llego a la siguiente estancia miro en el cesto por si hay algo que tenga que dejar allí.

3 – Implica toda la familia en la limpieza.
En una casa vive más de una persona, por lo general, así que haz que cada miembro de la familia ayude, aunque sea poco en la limpieza y organización. Un grano no hace granero pero ayuda al compañero.

4 – Intenta deshacerte de cosas para librarte del desorden.
Creo que esto es lo más difícil de hacer ya que parece que todo lo que tenemos en casa es imprescindible, pero no lo es, de verdad.
No hace falta que lo tires, se puede donar o vender. A lo mejor tienes cosas de manualidades guardadas desde hace tiempo pero no encuentras el momento ideal de ponerte a hacerlas. Quizás tengas que preguntarte si realmente lo vas a hacer o no y si la respuesta es negativa venderlo o regalárselo a alguien. Yo compré varias cosas para hacer punto (madejas de lana de varios colores y un montón de agujas) porque quería iniciarme en el tema. Pasados varios meses, quizá un año, decidí que no iba a empezar nunca ya que tenía muchos otros proyectos en mente. Así que pregunté a las amigas, grupos de colegio y demás y encontré una chica que hacía punto día y noche. Para ella fue un gran regalo y para mí una pequeña liberación.

5 – Ten una bolsa o caja de donaciones.
Yo tengo dos niñas pequeñas que crecen de temporada en temporada, así que siempre tenía un montón enorme de ropa que ya no les valía y que andaba guardando por si acaso. ¿Por si sacaso qué…? En fín, éstas cosas que no tienen respuesta.
Ahora tengo una bolsa en un altillo del armario y en cuanto se prueban algo de ropa y ya no les vale entra directamente en la bolsa. Cuando está llena la llevo a un contenedor de recogida o lo llevo a alguna asociación de caridad.
En otra ocasión os hablaré de las asociaciones a las que yo suelo ir.

6 – Sigue un plan de limpieza que realmente puedas seguir.
Por internet puedes encontrar cienos de rutinas de limpieza. Tienes que encontrar el que realmente vaya contigo, el que se ajuste a tus necesidades y tu tiempo. O quizás puedas hacer una mezcla de varios.
En cualquier caso, dentro del plan, incluye siempre 20 minutos para ti sola. Te ayudará a relajarte y sobrellevar el resto del ajetreo.

7 – Organiza y limpia por partes.
Muchas veces es más fácil limpiar una habitación si lo haces en partes más pequeñas que puedas ir haciendo en tramos de 5, 10 o 15 minutos.

8 – Prioriza proyectos.
Si tienes muchos proyectos para hacer, haz una lista y luego ordénalos según tus prioridades. Después intenta completar un proyecto ántes de empezar el siguiente. Incluso puedes dividirlos por categorías: de trabajo, escolares, manualidades, etc.

9 – Organiza los papeles.
Cada día llegan a casa varios papeles, ya sea propaganda, facturas, folletos de diferentes tiendas, etc.
Clasíficalos en cuanto estés en casa de ésta manera no se acumularán encima del mueble de la entrada o en un cajón.
Las facturas o recibos directamente en el clasificador y el resto en el contenedor de reciclaje.

10 – No compres algo a no ser que sepas el lugar dónde lo pondrás.
Muchas veces vemos algo en una tienda, un jarrón por ejemplo, y lo tenemos en la mano y es muy bonito, y además es baratísmo (la ganga del día), pero piénsalo un momento… ¿Dónde lo pondrás cuando llegues a casa? ¿Realmente tienes sitio para ponerlo? Si lo vas a cambiar por otro ¿Qué harás con el que retires? Si va a ir a un cajón, por favor, no compres el jarrón nuevo.

11 – Si algo entra algo tiene que salir.
En algunos países nórdicos tienen la regla de que si algo entra en casa es porque va a sustituir a algo que hay y, por lo tanto, algo saldrá de la casa.
Por ejemplo, te compras un jersey nuevo, entonces uno que ya tienes tiene que abandonar el hogar.
De ésta manera nunca tienen acumulaciones de cosas que no valen, no necesitan más armarios ni huecos que seguir llenando.
Estoy intentando inculcar a mis hijas éste concepto en lo que se refiere a juguetes pero está siendo imposible… Tal vez cuando sean un poco más grandes 😟

12 – Controla el tiempo tecnológico.
Esto quiere decir que tengas mucho cuidado con ésos cinco minutos que vas a pasar mirando Facebook o Pinterest. Seguramente ésos cinco minutos sean 20 o una hora. Tiempo que has perdido de hacer otras tareas que realmente eran importantes.
No te desperes ya que esto nos ha pasado a todos, pero intenta ponerte límites. Pon una alarma por ejemplo.

Finalmente recuerda que algunas veces el caos es totalmente inevitable y que hacer algo es mejor que hacerlo perfecto.

Espero que mis consejos te sirvan de algo.


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