Octubre
5: Hoy
comenzó mi vida. Mis padres no lo saben todavía. Soy tan pequeña como una
semilla de manzana, pero ya soy yo. Y a pesar de que casi no tengo forma aún,
seré una niña. Tendré cabellos rubios y ojos azúles y sé que me gustarán mucho
las flores.
Octubre
19: He
crecido un poco, pero soy todavía demasiado pequeña para poder hacer algo por mí
misma. Mamá lo hace casi todo por mí. Y lo más gracioso es que ni siquiera sabe
que me está llevando consigo, precisamente debajo del corazón. Y alimentándome
con su propia sangre.
Octubre
23: Mi
boca comienza a cobrar forma. Parece increíble: dentro de un año poco más o
menos ya estaré riendo, y más tarde ya podré hablar: Desde ahora sé cuál será
mi primera palabra: "Mamá". ¿Quién se atreve a decir que todavía no
soy una persona viva? Por supuesto que lo soy, tal como la más diminuta miga de
pan es verdaderamente pan.
Octubre
27: Hoy
comenzó a latir mi corazón por su cuenta. De ahora en adelante latirá
suavemente toda mi vida, sin detenerse nunca para descansar. Luego, después de
muchos años, se sentirá fatigado y se detendrá, y yo moriré. Pero ahora no soy
el fin, sino el principio.
Noviembre
2: Cada
día crezco un poquito. Están tomando forma mis brazos y mis piernas. Pero ¡cuánto
habré de esperar hasta que mis piernecitas me lleven corriendo a los brazos de
mi madre, hasta que mis brazos puedan estrechar a mi padre!
Noviembre
12: En
mis manos empiezan a formarse unos dedos pequeñísimos. Es extraño lo pequeño
que son. Sin embargo, ¡que maravillosos serán! Acariciarán a un perrito, arrojarán
una pelota, recogerán una flor, tocarán otra mano, ¡Mis dedos! Tal vez algún
día puedan tocar el violín o pintar un cuadro.
Noviembre
20: Hoy
el médico le anunció a mamá por primera vez que yo estoy viviendo aquí, bajo su
corazón. ¿No te sientes feliz mamá? Pronto estaré en tus brazos.
Noviembre 25: Mis padres todavía no saben que soy una niñita. Quizá esperan un varón. O tal vez mellizos. Pero les daré una sorpresa. Y quiero llamarme por el mismo nombre de mamá.
Noviembre 25: Mis padres todavía no saben que soy una niñita. Quizá esperan un varón. O tal vez mellizos. Pero les daré una sorpresa. Y quiero llamarme por el mismo nombre de mamá.
Diciembre
10: Mi
carita está completamente formada. Ojalá me parezca yo a mi madre.
Diciembre
13: Ya
puedo ver un poco, pero estoy rodeada aún por la oscuridad. Sin embargo, pronto
se abrirán mis ojos al mundo del sol y de las flores, y de los niños. Nunca he
visto el mar ni una montaña, ni tampoco un arco iris. ¿Como serán en realidad? ¿Como eres tú, mamá?
Diciembre 24: Mamá, puedo oir tu corazón que late. ¿Oirás tú el pequeño latido del mío? Como un murmullo siempre igual: tum, tum.... Tendrás una hijita sana, mamá. Sé que algunos niños tienen dificultad al entrar en el mundo, pero hay médicos bondadosos que ayudan a las madres y a los recién nacidos. Sé también que algunas madres habrían preferido no tener al hijito que llevan en su seno. Pero yo estoy ansiosa de encontrarme en tus brazos, de tocarte la cara, de mirarte a los ojos. ¿Me esperas tú con la misma ansia que yo a ti? ¿Verdad que sí?
Diciembre 28: Mamá... mamita querida, ¿Por qué?... ¿Por qué les permitiste que pusieran fin a mi vida?... ¡Habriamos pasado juntas horas tan felices!
Diciembre 24: Mamá, puedo oir tu corazón que late. ¿Oirás tú el pequeño latido del mío? Como un murmullo siempre igual: tum, tum.... Tendrás una hijita sana, mamá. Sé que algunos niños tienen dificultad al entrar en el mundo, pero hay médicos bondadosos que ayudan a las madres y a los recién nacidos. Sé también que algunas madres habrían preferido no tener al hijito que llevan en su seno. Pero yo estoy ansiosa de encontrarme en tus brazos, de tocarte la cara, de mirarte a los ojos. ¿Me esperas tú con la misma ansia que yo a ti? ¿Verdad que sí?
Diciembre 28: Mamá... mamita querida, ¿Por qué?... ¿Por qué les permitiste que pusieran fin a mi vida?... ¡Habriamos pasado juntas horas tan felices!
Este texto fue escrito por H. Schwab en 1966.
Cada persona es libre de hacer lo que considere según su forma de pensar y su conciencia, pero, personalmente, no sería capaz de practicar un aborto, mi amor por la vida no me lo permitiría.
De hecho, cuando estaba embarazada de mi hija pequeña, dos veces me plantearon la posibilidad de hacerlo por motivos médicos, pero no pude.
Finalmente no pasó nada y mi hija es una niña preciosa y sin ningún tipo de problema.
Pero, a veces, pienso en que si hubiera dicho que si alguna de las veces que me lo propusieron no tendría a mi lado a una personita tan maravillosa y cariñosa. Y, en esos momentos, se me escapa alguna lagrimilla pensando en la cantidad de niños que no han tenido oportunidad de demostrar lo que iban a ser.
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