Cada vez que recibes algo puede estar en tu ánimo
o en el del otro transformar ese dar en una deuda. Si fuera así, sería mejor no
recibir nada.
Pero si eres capaz de dar sin esperar pagos y de
recibir sin sentir obligaciones, entonces puedes dar o no, recibir o no, pero
jamás quedarás endeudado.
Y lo más importante, nunca más nadie dejará de
pagarte lo que te debe, porque jamás nadie te deberá nada.
Jorge Bucay
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