Tienda

sábado, 16 de diciembre de 2017

Ojalá hubiese




Nos asombraría saber cuántas veces en nuestra vida decimos “ojalá hubiese”.

Ojalá hubiese actuado de otro modo. Ojalá no hubiese dicho aquello. Ojalá me hubiese comportado con menos egoísmo. Ojalá hubiese dado aqué paso…

Lo malo que tiene la frase “ojalá hubiese” es que no cambia nada. El que piensa así permanece con la atención obsesivamente fija en un punto equivocado, y mira siempre atrás en vez de adelante. Esto constituye una lamentable pérdida de tiempo, y si se convierte en un hábito puede constituir un verdadero obstáculo, una excusa para abandonar la lucha definitivamente.

Cuando nos lamentamos de cosas del pasado no estamos aprendiendo de la experiencia porque en ningún momento dejamos de hablar del pasado. No mencionamos el futuro.

El remedio es sencillo, aunque complicado al mismo tiempo, ya que implica cambiar nuestro punto de vista, cambiar las palabras clave por otras que nos sirvan de estímulo y que no constituyan una carga. Por ejemplo: “la próxima vez”.

Si usamos ésta frase significa que hemos decidido aprovechar la lección que nos ha dado la experiencia, por triste o dolorosa que haya sido, y que nos proponemos seguir adelante tomando alguna medida para cambiar nuestro destino.

En definitiva, recomenzaremos nuestra vida.

Pero, eso sí, tenemos que aplicar éste sistema a las cosas que todavía tienen remedio ya que, algunas veces, éstas palabras se usan cuando ya es demasiado tarde para remediar nada.

¿Lo intentamos?


No hay comentarios:

Publicar un comentario