Prometo tragarme el orgullo… ¡Incluso aunque esté
a dieta!
Prometo alegrarme cada amanecer, tanto si llueve
como si hace sol, porque ese día que empieza es único y no se repetirá jamás.
Prometo que la tristeza no tendrá refugio en mi
corazón y que cada día encontraré más razones para reír que para llorar.
Prometo disfrutar de mis alegrías del único modo
posible: compartiéndolas con los demás.
Prometo no sucumbir al tiempo; podrá dejarme
arrugas y heridas, pero jamás me hará olvidar a los buenos amigos.
Prometo regalarte las palabras de amor y consuelo
que te hagan falta cada día, pero también que mis palabras nunca invadirán el
silencio que tú necesites.
Prometo sonreír un poco más cada día de este viaje
al que llamamos vida y, sobre todo, devolver la sonrisa a quienes me la
entreguen gratis.
Prometo no perder el tiempo derramando lágrimas
por todo lo que no tengo, sino luchar cada día para conseguirlo.
Prometo no dejarme deslumbrar por la riqueza, el
poder, la fama o la belleza de una persona, sino únicamente ser capaz de leer
en su corazón desnudo.
Prometo no decir “nunca más” ni “para siempre” y
prometo olvidar todas las promesas que me hagan. Las únicas promesas que se
cumplen son las que no se dicen.
Prometo no sentirme como un tondo por no saber
navegar, cuando soy capaz de volar por el cielo.
Prometo no esperar a que me den las gracias, sino
simplemente disfrutar de la felicidad que he provocado.
Prometo aprender las grandes lecciones de la vida:
la verdad siempre termina venciendo a la mentira y el amor es más fuerte que el
odio.
Prometo que cada mañana me vestiré con una camisa
de paciencia, un pantalón de perseverancia, un sombrero de optimismo y unos
zapatos de voluntad. Solo entonces saldré a la calle en busca de mi futuro.
Prometo que hoy va a ser mi día favorito.
Prometo no dejarme asustar por las tormentas; a
fin de cuentas, casi todas dejan después un hermoso arco iris.
Prometo no abandonar cuando encuentre piedras en
mi camino; alguna de ellas podría ser una pepita de oro.
Prometo no dejarme consumir por la envidia, no
quiero pasar mi vida pensando que los demás son mejores que yo.
Prometo no perder de vista el espíritu deportivo.
Mis derrotas me harán más grande que mis victorias.
Prometo no esperar a que el éxito venga a
visitarme a casa, sino salir a buscarlo con humildad cada mañana.
Prometo valorar más las veces que lo he intentado
que las veces que lo he conseguido.
Prometo no dejar que se me escape la vida buscando
la felicidad y darme cuenta al final de que no supe apreciarla cuando la tenía
cerca.
Prometo aprender de los demás y escuchar sus
opiniones, pero ser fiel únicamente a mí mismo.
Prometo desterrar la palabra imposible de mi
vocabulario. Tus únicos límites son los que te pones a ti mismo.
Prometo coser mis manoplas durante el verano y
remendar mi sombrilla durante el invierno; así la vida siempre me encontrará
bien preparado.
Prometo preguntarme cada día si lo que
verdaderamente soy se corresponde con lo que creo que soy.
Prometo no decir adiós, sino hasta pronto; prometo
no fracasar, sino adquirir experiencia; prometo no perder la esperanza y correr
siempre hacia adelante tratando de alcanzar mis sueños.
Prometo que cuando esté frotando la espalda a un
amigo para reconfortarlo, jamás aprovecharé para darle un empujón.
Prometo no preguntar a un amigo que le pasa. Si de
verdad es mi amigo, sabré lo que sucede.
Prometo no esperar a que me den las gracias, sino
simplemente disfrutar de la felicidad que he provocado.
Prometo empezar hoy a aprender a decir que no y a
hacer reír al menos a tres personas cada día.
Prometo coleccionar momentos y no objetos ya que
las cosas más importantes de la vida no son cosas.
Prometo vivir el presente mirando hacia el futuro
y sin olvidad el pasado.
Prometo tener siempre los pies en el suelo sin
dejar de mantener la mente en las nubes.
Prometo alegrarme por mis fracasos. Solo el que ha
conocido la derrota puede alegrarse de verdad cuando le llega el triunfo.
Prometo que si el viento no sopla lo suficiente,
impulsaré mi barca con los remos.
Prometo que cuando esté en el fondo del pozo, mi
único pensamiento será que ahora ya solo es posible mejorar.
Prometo confiar en lo que soy y no ponerme
limitaciones para llegar a lo que quiero ser.
Prometo que cuando la vida me sonría, no me
olvidaré de quienes estuvieron conmigo en los momentos tristes.
Prometo no desanimarme, porque a la tercera (o
cuarta, o quinta…) va la vencida.
Prometo aprender algo nuevo cada día y que mi pensamiento
sea siempre libre.
Prometo no dejar de hacer lo que tanto deseo
porque ahora no es un buen momento.
Prometo ver mis desgracias como pompas de jabón;
solo tengo que explotarlas para que desaparezcan.
Prometo no ser tan pobre como para que solo me
importe el dinero.
Prometo que si no puedo solucionar tus problemas,
al menos me quedaré a tu lado mientras los solucionas.
Prometo hablar la mitad de lo que escuche.
Prometo ver cada mañana los kilómetros que ya he
recorrido y no los que me quedan aún por recorrer. Hoy la meta está más cerca
que ayer.
Prometo dar una vuelta por mi casa antes de
decidir cambiar el mundo.
Prometo tener la suficiente nobleza como para
pedir perdón y la suficiente generosidad para aceptar el perdón de los demás.
Prometo solemnemente que si tengo que perder algo
en la vida, será el miedo.
Prometo reírme de mi mismo, así jamás me faltarán
momentos de diversión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario