Me encantaría tener una gran terraza donde las niñas pudiesen jugar tranquilamente, pero viviendo en una ciudad no es lo más habitual.
Aunque mi balcón no es demasiado grande, tampoco es de los pequeños, así que quería darle un pequeño cambio y prepararlo
para usarlo durante todos los meses que tenemos con sol.
Como la mesa estaba ya demasiado vieja me compré
otra en Ikea. Es metálica, plegable y más pequeña que la que tenía antes, así
que el balcón parece un poco más grande y el tamaño es suficiente.
Seguimos con el siguiente paso: pintar las sillas.
Las sillas que tengo están en perfecto estado,
salvo por que ya no son blancas. Así que decidí pintarlas con pintura en spray.
Lo hice en dos colores para darle un poco más de color al balcón: verde manzana
y berenjena.
Puse a las sillas unas galletas para que sean más
cómodas al sentarse de manera que los colores combinen.
Con las cuentas hama hemos estado haciendo varias
figuras y se me ocurrió ponerlas en un cordel y colgarlas para dar un poco más
de color al balcón.
Unas luces solares para darle un toque más de
color.
También puse unas luces led dentro de una botella de cristal transparente para darle un toque más festivo a ciertos días y momentos.
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