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martes, 24 de julio de 2018

El efecto 99



Erase una vez un rey que, a pesar de su riqueza, siempre se sentía vacío e insatisfecho. Tal era su infelicidad que admiraba a uno de sus sirvientes más pobres porque mostraba alegría por la vida. 

Intrigado, se fue a solicitar consejo al sabio del reino: ¿Cómo es posible que uno de mis sirvientes, aun siendo pobre, sea más feliz que yo?, le preguntó.
El sabio le contestó: Para poder explicároslo necesito que comprendáis el “efecto 99”.
¿Y qué es eso? Inquirió el rey.
Para que lo entendáis, necesito que me traigáis un costal on 99 monedas de oro.

El rey le llevó el dinero y el sabio le dijo: Ahora seguiremos a escondidas al sirviente hasta su casa. Y así lo hicieron.

Cuando vieron que había entrado en su hogar le dejaron en la puerta el costal con las 99 monedas y llamaron. El sirviente, al ver el saco, lo cogió y entró en casa.

El rey y el sabio observaron a través de la ventana como éste contaba las monedas y al ver que eran 99 creyó que faltaba una. Las volvió a contar y al comprobar que seguían sin ser 100 se angustió.

El sabio explicó: Ese es el “efecto 99”. El sirviente ha dejado de valorar lo que tiene para obsesionarse por aquello que no tiene y cree que le falta. E, en esto, es en lo que radica la infelicidad del ser humano. 

La clave está en ser feliz con lo que tenemos. Tan simple y tan difícil a la vez.


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