Aprovechando el buen tiempo de primavera nos fuimos
de excursión a un rinconcito de la isla al que todavía no habíamos ido (Todavía
nos queda mucho que recorrer…).
En ésta ocasión se trata del Castillo de Alaró.
El camino para llegar no es fácil, es en cuesta y
empedrado, pero llendo despacio, sin prisas y disfrutando del paisaje el paseo
no se hace pesado.
Eso sí, a medio camino paramos a comer algo para
reponer fuerzas y seguir.
Las vistas desde el Castillo merecen la pena, así
que es una excursión totalmente recomendable. Mis niñas tienen 6 y 5 años y la
hicieron perfectamente. De echo, me costo más a mi que a ellas. Es lo que tiene
la edad, ja, ja, ja.
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