El día a día en casa suele ser como en casi todas
las casas. De casa al cole, vuelta, comer, descansar, jugar un rato, merienda, parque,
baño, cena y dormir. Y así todos los días de lunes a viernes.
Pero, de vez en cuando, rompemos la rutina y
hacemos algo diferente. Una manualidad, una actividad, algo que cocinemos
juntas.
Por ejemplo, que se preparen ellas solas las
tostadas del desayuno.
Hacer unos crespells (galletas típicas de
Mallorca) que, por cierto, nos quedan riquísimos.
O hacer ropa para los peluches. Les dejo retales
de ropa antigua y ellas recortan según les va pareciendo. Un corte por aquí,
otro por allá, y ya tiene una chaqueta nueva.
A la pequeña le tengo que ayudar un poco, pero se
apañan bastante bien.
Las rutinas están bien, pero también hay que saber romperlas de vez en cuando para no estancarnos.
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