Hay ciertas cosas de uso más o menos corriente que siempre me he preguntado cómo surgieron, quién las inventó.
Si tu también eres de esas personas que se lo preguntan, aquí te dejo el orígen de algunas de ellas. Seguiré investigando.
El algodón de azúcar
En el siglo XV los cocineros italianos calentaban
el azúcar hasta hacer caramelo líquido y después hacer hilos con el. En 1900
William Morrison y John C. Wharton crearon una máquina para la Exposición
Universal de París que usaba el calor y la fuerza centrífuga para crear éste
dulce.
La gatera
Cierto día una de las gatas de Isaac Newton no
paraba de maullar para salir y entrar de casa, así que se le ocurrió hacer un
agujero en la puerta y cubrirlo con fieltro para que no entrase demasiada luz.
El cúter
En 1956 el empresario japonés Yoshio Okada que
estaba cansado de que las cuchillas perdieran filo, así que creó una cuchilla precortada
y retráctil para garantizar una hoja perfecta en todo momento.
Las pastillas contra la halitosis
Los antíguos egípcios mezclaban incienso, canela,
menta y miel hirviendo para hacer unas pastillas que usaban contra las
bacterias bucales.
La taza
Desde tiempos remotos se han usado cuencos para
los liquidos o ciertos alimentos a los que, con el tiempo, se les añadió un asa
para facilitar su agarre cuando el alimento estaba caliente. Proviene del árabe
“tassah” que a su vez deriva del persa “tast”.
Espejos en los ascensores
Cuando tras la Segunda Guerra Mundial empezaron a
construirse rascacielos, se empezaron a formar colas para coger los ascensores
y la gente protestaba. Se les ocurrió poner espejos junto a las puertas y en el
interior de los ascensores y se terminaron las quejas. Según parece mirarse a
uno mismo hace la espera más llevadera.
El dispensador de cinta adhesiva
La cinta adhesiva se inventó en 1925, pero no fue
hasta 1932 que John A. Borden de la empresa 3M ideó una máquina dispensadora. Era
muy pesada y la cuchilla estaba muy afilada así que en 1940 Jean Otis Reinecke
la rediseñó haciéndola en plástico y con una cuchilla dentada, tal y como la
conocemos ahora.
Los sobres de azúcar
A mediados de los años 40 Benjamin Eisenstadt
observó mientras trabajaba en la cafetería de su suegro que los grandes
azucareros que se ofrecían a los clientes hacían gastar mucha cantidad de
azúcar. Al ofrecerlo embolsado los bares consiguieron ahorar cientos montones
de dinero cada año.