En sucesivos posts os iré enseñando un poco sobre
los inventores españoles.
Como todo lo español, no se nos nombra muy a
menudo, pero tenemos que saber que somos los inventores o precursores de
muchas, muchísimas cosas que han supuesto adelantos muy grandes para el resto
del mundo.
Y ni tan siquiera nosotros somos conscientes de
ello.
Con ésta serie de post quiero hacer mi pequeño
homenaje a esas personas que han significado tanto y que, casi en todas las
ocasiones, no fueron reconocidos.
Os recuerdo que ya hablé de algún otro en éste
post: Españoles ilustres olvidados
Leonardo Torres Quevedo (Cantabria 1852 – Madrid
1936)
El Spanish Aerocar que atraviesa las cataratas del
Niágara fue diseñado por el e inaugurado en 1916. Todavía está en
funcionamiento. También diseñó transbordadores para San Sebastián, Chamonix,
Rio de Janeiro, etc.
El telekino que era un aparato de mando a
distancia. En 1906 demostró su funcionamiento en el puerto de Bilbao al guiar
un bote permaneciendo el en la orilla. Quiso aplicarlo en proyectiles y
torpedos pero tuvo que abandonar por falta de financiación.
También modificó el diseño de los dirigibles
haciéndolos plegables con las mismas prestaciones que el Zeppelin. Se llamaron
Astra-Torres y se usaron por los ejércitos francés e inglés durante la Primera
Guerra Mundial.
Creó varias máquinas anológicas de cálculo. Una de
ellas, llamada el Ajedrecista, presentado en la feria de París en 1914 es considerado
el primer videojuego de la historia.
Emilio Herrera Linares (Granada 1879 – Ginebra
1967)
Fue un ingeniero y militar también presidente de
la República española en el exilio.
Participó en la creación del Laboratorio Aerodinámico
de Cuatro Vientos en 1921 en el que estaba el mayor túnel de viento del
momento. Este laboratorio se convirtió después en el Instituto Nacional de
Técnica Aeroespacial.
Aquí empezó a investigar la vestimenta y los
sistemas de respiración que serían más adecuados para la navegación aérea.
En 1935 creó la escafandra estratonáutica, es
decir, el precursor del actual traje espacial.
En 1933 fue nombrado miembro de la Academia de
Ciencias en la que presentó un proyecto de ascensión estratosférica en un globo
con barquilla abierta en el que se ascendería a 26 kilómetros de altitud
protegidos con la escafandra. Dicha escafandra contaba con micrófono, sistema
de respiración, termómetros y varias herramientas más.
La NASA se basó en sus estudios para la elaboración
de los trajes espaciales actuales.
Cuando los norteamericanos le ofrecieron trabajar
para su programa espacial con un cheque sin límites, lo único que el pidió fue
que una bandera española ondeara en la Luna también, pero le dijeron que
solamente ondearía la de Estados Unidos, así que rechazó la oferta.
También realizó cálculos para el lanzamiento y
puesta en órbita de un satélite artificial movido por luz solar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario