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sábado, 19 de agosto de 2017

La esposa sorda



- Cuál es el problema de su esposa? Dijo el médico.

- Sordera. No escucha casi nada.

- Entonces, señor va a hacer lo siguiente: antes de traerla, haga un test para facilitar el diagnóstico. A una cierta distancia, hable en tono normal, hasta que entienda la distancia en que ella puede escucharlo.

Y cuando venga - dice el médico - dirá a qué distancia estaba con ella cuando lo escuchó. Está bien?

- Sí, claro, entonces.

Por la noche, cuando la esposa preparaba la cena, el esposo decidió hacer el test.

Midió la distancia que estaba en relación a la mujer. Y pensó: " estoy a 15 metros de distancia. Va a ser ahora ".

- María, qué hay para cenar? - no oyó nada. Entonces se acercó a 10 metros.

- María, qué hay para cenar? - nada todavía. Entonces, se acercó más de 5 metros.

- María, qué hay para cenar? - silencio todavía.

Por último, se apoya a la espalda de la mujer y vuelve a preguntar:

- María! Qué hay para cenar?
La mujer, furiosa, se da la vuelta y le dice:
- ¿Qué quieres? ¿Qué quieres?... Es la cuarta vez que te contesto!



miércoles, 16 de agosto de 2017

Colgante de fieltro



Quería hacer algo para rellenar una pared que tenía vacía y en la que no quería poner cuadros o cosas parecidas.

Asi que cogí el fieltro, corté unas cuantas piezas en forma de entrellas, y corazones en colores variados y las cosí a una cuerdita.
Y todo ello atado a una varilla que pinté de color azúl.

Lo colgué en la pared y, según me parece, queda bastante bien. Me ha gustado el resultado.


sábado, 12 de agosto de 2017

El país de las cucharas largas


Aquel señor había viajado mucho. A lo largo de su vida, había visitado cientos de países reales e imaginarios…  

Uno de los viajes que más recordaba era su corta visita al país de las cucharas largas. Había llegado a la frontera por casualidad, había un pequeño desvío hacia el mencionado país; y explorador como era, tomó el desvío. El sinuoso camino terminaba en una sola casa enorme. Al acercarse, notó que la mansión parecía dividirse en dos pabellones: un ala Oeste y un ala Este. Estacionó el auto y se acercó a la casa. En al puerta, un cartel anunciaba:  
"País de las cucharas largas" éste pequeño país consta solo de dos habitaciones llamadas NEGRA Y BLANCA. Para recorrerlo, debe avanzar por el pasillo hasta que éste se divide y doblar a la derecha si quiere visitar la habitación negra y a la izquierda si quiere visitar la habitación blanca"  

El hombre avanzó por el pasillo y el azar lo hizo doblar primero a la derecha. Un nuevo corredor de unos cincuenta metros terminaba en una puerta enorme. Desde los primeros pasos por el pasillo, empezó a escuchar los "¡Ay!" y quejidos que venían de la habitación negra.  

Por un momento las exclamaciones de dolor y sufrimiento lo hicieron dudar, pero siguió adelante. Llegó a la puerta, la abrió y entró.  

Sentados alrededor de una mesa enorme, había cientos de personas. En el centro estaban los manjares más exquisitos que cualquiera podría imaginar y aunque todos tenían una cuchara con la alcanzaban el plato central… se estaban muriendo de hambre. El motivo era que las cucharas tenían el doble del largo de su brazo y estaban fijadas a sus manos. De ese modo todos podían servirse pero nadie podía llevarse el alimento a la boca. La situación era tan desesperante y los gritos tan desgarradores, que el hombre dio media vuelta y salió casi huyendo del salón.  

Volvió al hall central y tomó el pasillo de la izquierda, que iba a la habitación blanca. Un corredor igual al otro terminaba en una puerta similar. La única diferencia, que en el camino, no había quejidos, ni lamentos. Al llegar a la puerta el explorador giró el picaporte y entró al cuarto.  

Cientos de personas estaban también sentados en una mesa igual a la habitación negra. También en el centro había manjares exquisitos. También cada persona tenía fijada una cuchara larga a su mano… Pero nadie se lamentaba no quejaba. Nadie estaba muriendo de hambre sino que daban de comer los unos a los otros!  

El hombre sonrió, se dio media vuelta y salió de la habitación blanca. Cuando escuchó el "clic" de la puerta que se cerraba, se encontró de pronto y misteriosamente, en su propio auto, y se alejó de allí cuanto pudo…  


miércoles, 9 de agosto de 2017

Tuneo de capazo



En una feria artesanal me compré un cesto trenzado de un tamaño ideal para mi. Me caben las cosas necesarias para pasar la tarde fuera para mi y mis niñas.
Además, el precio era más ideal todavía.

Se lo compre a unos artesanos llamados Obra de Pauma. Esta es la prueba de que se pueden comprar productos artesanales de calidad a buen precio.


Lo he estado usando así durante un tiempo, pero decidí que tenía que darle mi toque.

Asi que dibujé un corazón en un papel adhesivo y lo pegué en el capazo y le hice un estarcido en color rojo. Le puse también un poco de purpurina para darle un toque brillante.





Por el borde superior del bolso le cosí con cinta verde una cinta de encaje.



Y le puse un pompón para darle otro toque.



Creo que no está terminado. Sigue faltándole algo, quizás otro pompón. Bueno, le daré un par de vueltas a la cabeza y os lo contaré.

¿Os ha gustado?