- Cuál es el problema de su esposa? Dijo el
médico.
- Sordera. No escucha casi nada.
- Entonces, señor va a hacer lo siguiente: antes de traerla, haga un test para facilitar el diagnóstico. A una cierta distancia, hable en tono normal, hasta que entienda la distancia en que ella puede escucharlo.
Y cuando venga - dice el médico - dirá a qué distancia estaba con ella cuando lo escuchó. Está bien?
- Sí, claro, entonces.
Por la noche, cuando la esposa preparaba la cena, el esposo decidió hacer el test.
Midió la distancia que estaba en relación a la mujer. Y pensó: " estoy a 15 metros de distancia. Va a ser ahora ".
- María, qué hay para cenar? - no oyó nada. Entonces se acercó a 10 metros.
- María, qué hay para cenar? - nada todavía. Entonces, se acercó más de 5 metros.
- María, qué hay para cenar? - silencio todavía.
Por último, se apoya a la espalda de la mujer y vuelve a preguntar:
- María! Qué hay para cenar?
La mujer, furiosa, se da la vuelta y le dice:
- ¿Qué quieres? ¿Qué quieres?... Es la cuarta vez que te contesto!
- Sordera. No escucha casi nada.
- Entonces, señor va a hacer lo siguiente: antes de traerla, haga un test para facilitar el diagnóstico. A una cierta distancia, hable en tono normal, hasta que entienda la distancia en que ella puede escucharlo.
Y cuando venga - dice el médico - dirá a qué distancia estaba con ella cuando lo escuchó. Está bien?
- Sí, claro, entonces.
Por la noche, cuando la esposa preparaba la cena, el esposo decidió hacer el test.
Midió la distancia que estaba en relación a la mujer. Y pensó: " estoy a 15 metros de distancia. Va a ser ahora ".
- María, qué hay para cenar? - no oyó nada. Entonces se acercó a 10 metros.
- María, qué hay para cenar? - nada todavía. Entonces, se acercó más de 5 metros.
- María, qué hay para cenar? - silencio todavía.
Por último, se apoya a la espalda de la mujer y vuelve a preguntar:
- María! Qué hay para cenar?
La mujer, furiosa, se da la vuelta y le dice:
- ¿Qué quieres? ¿Qué quieres?... Es la cuarta vez que te contesto!