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lunes, 8 de junio de 2015

Historias de familia

Siempre (desde pequeña) me ha gustado escuchar a las personas mayores, los ancianos. Es como leer un libro o ver una película...te cuentan historias de momentos del pasado, historias de amor, de desamor, de guerras, de nacimientos, de alegrías, de tristezas...en definitiva, de vida.
En otro momento iré contando las historias de amor de mis abuelos, de mis padres y puede (ya veremos) incluso la mía.
Pero hoy lo que quiero es hacer un homenaje a mi abuelo materno y dejaros una poesía que el aprendió mientras estaba en la cárcel en Barcelona durante la guerra civil.
Mi abuelo contaba que se la enseñó un compañero preso.
Si alguien la ha oído alguna vez o sabe quien es su autor, me encantaría saberlo. Es algo que me ha intrigado desde pequeña.
¿Tenéis en vuestra familia alguna historia interesante? ¿Os gusta escuchar a las personas mayores o pensáis que es un rollo?

EL PRESO
Golondrina ¿Estás cansada
que te has posado en la reja?
¿No vuelas alborozada
en busca de tu pareja
que estará desconsolada?
¿O es que te gusta gozar
del fresco aire,
del blando beso?
¿O es que quieres endulzar
con tu armonioso trinar
las tristes horas de un preso?
Oye, golondrina, hermosa,
tu que estás libre y con brío
¿Quieres volar presurosa
y a una viejita llorosa
entregarle un beso mío?
Cruzarás en raudo vuelo
montañas, ríos y valles
y en el burgalés suelo
llorando sin un consuelo
quizás a mi madre halles.
No le digas que estoy triste,
no le digas que he llorado,
dile que aunque encarcelado
sonreía esperanzado
la tarde que tu me viste.
Oye, golondrina hermosa,
cuelga en su balcón tu nido
y cuando con rostro afligido
recuerde a su hijo querido,
tu con tu dulce trinar
no la dejarás llorar.
Bueno, golondrina hermosa,
el tiempo pierde calor.
Mientras la tarde declina
trina, golondrina, trina,
déjame con mi dolor.

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