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viernes, 28 de diciembre de 2018

Piscina para los Playmobil




Uno de los juguetes con los que mis niñas pasan más tiempo es con los Playmobil y siempre están pidiendo cosas para ellos.

Así que se me ocurrió explicarles que con cajas de zapatos y demás se pueden hacer cosas muy chulas para ellos sin tener que estar gastando todo el tiempo.

Y entre las tres ideamos una piscina.

Es la tapa de una caja de zapatos. Pintaron el fondo de color azúl para simular el agua. Le pusimos un trampolín y decidieron que querían que hubiese una palmera, así que también le hice una.

Han quedado encantadas con el resultado y la usan mucho. ¿Qué os parece?










miércoles, 26 de diciembre de 2018

Decoraciones de Navidad




Llega la Navidad, con sabor de mazapán…bueno, a parte de cantar villancicos otra de las tradiciones es poner el árbol con todos sus adornos y poner unas lucecitas nuevas que compré éste año.


Otra de las tradiciones en casa es hacer unas cositas para adornar la casa por Navidad. En éste caso hemos hecho una corona para la puerta, un arbolito de mesa y una estrella colgante.


Una corona de Navidad para la puerta.


 

Un árbol con una revista.

Una estrella colgante con bolsitas de papel que acabó en el cole adornando el pasillo.



Las tres cosas han sido muy fáciles de hacer y la verdad es que nos han gustado mucho. ¿Qué os parecen?








jueves, 6 de diciembre de 2018

El secreto de la sensibilidad



Hace años un maestro dijo a sus alumnos: El otro día vi algo como de unos veinticinco centímetros de altura que brotaba del suelo. En la punta tenía una bola de pelusa, y si se le daba un ligerísimo soplido se deshacía en una galaxia de estrellas. ¿Sabéis decirme cómo era antes de que apareciera la bola de estrellas?.
Uno de los niños sijo que se trataba de una flor amarilla como el girasol, pero más pequeña.
¿Y cómo era antes de eso? – Volvió a preguntar el profesor.
Una niña dijo que parecía y paraguas medio cerrado y puesto del revés con forro amarillo.
¿Y antes de eso? – insistió el profesor.
Era como un pequeño círculo de hojas verdes que salían de la tierra dijo otro niño.
¿Sabéis que és? – Diente de león contestaron todos los niños.
¿Y habéis cogido vosotros alguna vez un diente de león? – Si, respondieron.
Eso es imposible, repuso el maestro. No se puede coger un diente de león. Lo que cogéis es una de las bolas de pelusa, el pequeño paraguas o las hojas. Sea lo que sea que arranquéis solamente es un fragmento de la planta entera. No se puede coger un diente de león, porque no es una cosa, sino un suceso. Toda cosa viviente es un suceso, incluso vosotros mismos.

La moralidad del cuento es sencilla: la vida no se queda nunca quieta. Hay que mirar al mundo, no como una colección de objetos hechos y sucesos ya pasados, sino como algo que está ocurriendo ahora mismo.

No tenemos que preguntarnos ¿Qué es esto?. La pregunta correcta es ¿Qué pasa aquí? Esta es la pregunta esencial que se hacen los hombres de ciencia.

Un día Isaac Newton vio caer una manzana y se preguntó qué pasaba allí. Sigmund Freud se hizo la misma pregunta con respecto de los pacientes cuyos síntomas no se podían atribuir a causas fisiológicas.

Esta pregunta nos ayuda a comprender a las personas y a interpretar su comportamiento. Si uno se limita a preguntar ¿Quién es? o ¿Qué es? todo lo que se obtiene por respuesta es una etiqueta. Pero se nos escapa el todo.

Hay personas que parecen tener un don especial para entenderse con los demás. Saben siempre que es apropiado decir o hacer, o cuándo es mejor no hacer nada. Poseen el don de la sensibilidad, que no es otra cosa que una percepción clara de lo que pasa a su alrededor.

Cuanto mayor sea nuestro acierto en prever la conducta de los demás, mayor será nuestra capacidad de llevarnos bien con ellos, de despertar sus intereses y de inspirarles confianza en si mismos. La sensibilidad hacia los demás cultiva y fortifica en realidad la personalidad.

Quien se aísla del mundo va dejando de ser una persona para convertirse en una cosa. Cuando hablamos con otra persona lo que tendríamos que preguntarnos es ¿Qué piensa de sí mismo y por qué?.

Puesto que esta cualidad de anticipada comprensión es tan importante para todas las actividades humanas ¿Por qué no hacemos un mayor esfuerzo en practicarla? Pues porque casi todos seguimos considerando la sensibilidad hacia los sentimientos ajenos como algo con lo que se nace y que no cambia durante toda la vida. Pero no es correcto, se puede aprender si se practica siguiendo unos pequeños pasos:

-      Informémonos acerca de las personas. Tenemos que saber cuál es el ambiente de que procede y cuáles sus costumbres, sus creencias y las ideas que han modelado su manera de pensar.
-      Escuchemos con el “tercer oído” lo que pasa. Se refiere a las señales mudas, es decir, la expresión corporal: los brazos entrelazados, las uñas mordidas, la postura encogida, el enrojecimiento de la piel, etc.
-      Escuchemos sin prejuzgar. Los juicios precipitados son a menudo erróneos. Cuanto más espere uno antes de formarse un juicio definitivo acerca de una persona o un acontecimiento, más exacto será su juicio.

Con un poco de práctica podemos llegar a entender un poco más a todas las personas, incluyendo nuestros hijos, y de ésta forma, evitar conflictos innecesarios.


martes, 4 de diciembre de 2018

Pequeña reforma de cocina 2




Mi cocina necesita una reforma integral. La encimera está estropeada, algunas de las puertas de los muebles no cierran bien, los fuegos están deteriorados…

En fin, podría seguir con la lista pero no quiero aburriros.

Hace un tiempo “reformé” la encimera. Lo pongo entre comillas porque no fue una reforma en sí, sino un lavado de cara por así decirlo. El caso es que el resultado me gustó y queda bastante aparente. 

Lo podéis comprobar aquí: Pequeña reforma de cocina

Tenía un hueco, donde antiguamente se ponía la nevera, que usaba para guardar la aspiradora, la fregona y cosas así. Pero se me ocurrió hacer un pequeño cambio y organizar en ese espacio la despensa.

Tenía dos mesas Lack pequeñas de Ikea, de las baratitas, que ya estaban un poco estropeadas, así que pensé que poniendo una encima de la otra ya tenía listas las estanterías.


El resto era organizar un poco las cosas con unas cestas y cajas.

Me queda un pequeño recoveco en uno de los laterales que es ideal para poner la escoba y tenerla a mano.

No es ninguna obra de ingeniería, pero el resultado me gusta mucho y es muy cómodo ya que ántes tenía la despensa en el lavadero y tenía que estar yendo y viniendo todo el tiempo cuando cocinaba.


¿Qué os parece?