Un industrial de Madrid marca 9 dígitos y puede
hablar directamente con otro industrial que está en París. Y todo ello sin hablar
ni una sola vez con una telefonista.
Esto que parece una tontería ocurría por primera
vez en 1971.
Se empezó conectando Madrid, y después se le añadieron
Barcelona y Palma de Mallorca, pero solamente con París.
A principios de 1972 se unieron éstas mismas
ciudades con Ginebra. Y desde ahí se fueron conectando poco a poco el resto de
ciudades de España con las de Europa.
Estos planes estaban en proyecto desde 20 años
antes cuando los técnicos de la Compañía Telefónica se dieron cuenta que era
necesario un servicio más potente para atender el creciente tráfico entre
Barcelona y Madrid. Las telefonistas no daban abasto para atender las llamadas.
Así pues, se derribaron los postes de los 626
kilómetros que separan ambas ciudades y se remplazaron por un cable coaxial
capaz de soportar 2700 llamadas automáticas en ambos sentidos. Se aprovechó
para enganchar nuevos abonados en el trayecto. La primera sección del cable se
inauguró en marzo de 1957 siendo Guadalajara y Madrid los primeros en poder
usar el servicio automático.
El enlace se termió en julio de 1960.
Durante la década de los 60 las grandes ciudades
españolas fueron extendiendo el sistema automático a sus barrios y provincias.
Era el comienzo de la Red Automática Provincial.
En 1966 se instaló un cable submarino que unió a
Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife con Madrid. En 1967 se unió Barcelona,
Madrid y Palma de Mallorca.
Ahora mismo todo esto nos parece ridículo con los
teléfonos inteligentes, el internet, las videollamadas, etc, etc, pero todavía
somos muchos los que recordamos tener que ir al teléfono público, que
generalmente estaba en un bar, para poder hacer una llamada o esperar a la hora
que habíamos quedado para recibir una llamada.
Incluso puede que dentro de unos años lo que
hacemos hoy en día también resulte desfasado para las siguientes generaciones.
¿Recuérdas los teléfonos públicos?